Author: DoctorDuck
•12:54
El aparato digestivo es un largo tubo conocido como tracto digestivo, con importantes glándulas y órganos asociados, siendo su función la transformación de los alimentos en sustancias simples y fácilmente utilizables por el organismo. Es decir que el aparato digestivo tiene como función el proceso de la digestión, la cual es el de transformar los glúcidos, lípidos y proteínas en unidades más sencillas, gracias a las enzimas digestivas, secretadas por el páncreas, higado y estómago, para que puedan ser absorbidas y transportadas por la sangre.

El aparato digestivo está compuesto por el trácto digestivo y órganos asociados. El tracto digestivo a su vez está integrado por la boca, el esófago, estómago, intestino delgado e intestino grueso. Los órganos asociados secretores de enzimas son el hígado y el páncreas.

Las enzimas juegan un rol muy importante en el proceso de la digestión y son secretadas por glándulas que se encuentran en los órganos antes mencionados. Las glándulas digestivas que actúan primero son las glándulas salivares de la boca. La saliva que producen las glándulas contiene una enzima llamada amilasa que comienza a digerir el almidón de los alimentos y lo transforma en moléculas más pequeñas.

El siguiente grupo de glándulas digestivas está en la membrana que tapiza el estómago. Éstas producen ácido y una enzima que digiere las proteínas; el jugo gástrico y la pepsina. Una gruesa capa de moco tapiza la mucosa y evita que la acción acídica del jugo digestivo disuelva el tejido del estómago. En la mayoría de las personas, la mucosa estomacal puede resistir el jugo, a diferencia de los alimentos y de otros tejidos del cuerpo.

Después de que el estómago vierte los alimentos y su jugo en el intestino delgado, los jugos de otros dos órganos se mezclan con los alimentos para continuar el proceso. Uno de esos órganos es el páncreas, cuyo jugo contiene un gran número de enzimas como, la tripsina y la lipasa, que descomponen los carbohidratos, las grasas y las proteínas de los alimentos.

El segundo órgano, el hígado, produce la bilis, otro jugo digestivo. La bilis se almacena en la vesícula biliar entre las comidas. Cuando comemos, la bilis sale de la vesícula por las vías biliares al intestino. Los ácidos biliares disuelven las grasas en el contenido acuoso del intestino, casi del mismo modo que los detergentes disuelven la grasa de una sartén. Después de que las grasas se disuelven, las enzimas del páncreas y de la mucosa intestinal las digieren.

La mayoría de las moléculas digeridas de los alimentos, y el agua y los minerales provenientes de la dieta se absorben a través del intestino delgado. La mucosa del intestino delgado contiene muchos pliegues cubiertos de proyecciones diminutas llamadas vellosidades. Éstas sucesivamente están cubiertas de proyecciones microscópicas llamadas microvellosidades. Estas estructuras crean una superficie amplia a través de la cual se pueden absorber los nutrientes. Hay células especializadas que permiten que los materiales absorbidos atraviesen la mucosa y pasen a la sangre, que los distribuye a otras partes del cuerpo para almacenarlos o para que pasen por otras modificaciones químicas.

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